El alma que se escapo del cuerpo, la sangre que se convirtió en tinta para olvidarte, mancha cada hoja con sus lágrimas, aquella ilusión que hoy muere en la desesperación, ya ni el sol me despierta.
La distancia que consume mis sueños, las agonías cada vez más profundas y tu que vienes a mi sitio…tu que la traes contigo, que te paseas por las mismas calles en la que te conocí.
Cuando la tarde comienza a consumirse, te busco en otros besos, recuerdo que por amor no se ha de morir, pero eras el para que de mis días; días que ya no son mas que un sueño que nunca fueron, sueños que se convirtieron en pesadilla.
Frente al mismo río que compartimos un enero, le pregunto si te llevara mis miedos, si te contará de mi soledad, de esta que me invade sin que yo quiera, esta que me llena de personas y que me destruye…
Y lo intento y mi cuerpo te quiere olvidar, se refugia en otros cuerpos, mi corazón busca otros brazos, sin embargo sigo aquí esperando tu llamado, deshojando los días.
Escribo estas cartas que ya no se si leerás, te juro amistad y no puedo dejar de quererte mío. Sabemos que era lo mejor, sabemos que el dolor iba a ser cada vez peor, que mis días no serían tuyos que tus sueños no eran de mi mano y sin embargo no puedo alejarme de este deseo que te quiere para soñar otro enero.
Y se que voy camino a tu lugar, ahora que no estas allí, voy camino a buscar despertar y ver que ya no ahí nada mas, que los sueños deben acabar.
Mi alma deberá volver, deberá comprender que mis sueños no te pertenecen que tus días tienen otras manos, que mis días tendrán otros brazos, mi alma deberá volver y comprender que de amor no se muere.